viernes, 10 de junio de 2011

Olvidar es imperdonable como lo es a veces doloroso el acordarse o una falta de educación.

Ayer reviví mis ansias de tocar el violín. Y el sentir esa deliciosa pieza en mis manos y manipularla a mi antojo. Gemir con ella a la par y cantar.

Al tocarla por primera vez fue como haber conseguido la mas añorada presea. Una estrella tan lejana y deseada.

Sentir su ritmo y su propio pulso dentro de sus venas ajenas:tus venas.

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