Dices que mi mirada atrae a los hombres.
Dices que mi infinito los seduce.
Que mi cabello cobre los motiva.
Que mis labios/pétalos los enloquece.
Que mi piel los incita a lo bajo.
Que por debajo soy pura
sin embargo por encima soy tortura.
Por eso al verme te arrojas.
Me besas sin consentimiento,
me acaricias el cuello,
me sueltas el cabello,
me cargas y me llevas al lecho.
Soy tuya y de todos.
Mis besos los endulzan,
mis manos los dibujan,
mis ojos los desnudan.
No soy nadie
pero al lado tuyo o suyo
soy su obsequio,
su apremio,
su deseo,
y su consentimiento.
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